El origen de mi tatuaje
Fotos que tomamos mi esposa y yo, tratando de darle un toque erotico
Total libertad para comentar lo que quieran
Espero sean de vuestro agrado
dulces.placeres@live.com
https://rompela.net/posts/imagenes/164/Erotismo-en-B-amp-N-01.html
https://rompela.net/posts/imagenes/165/Erotismo-en-B-amp-N-02.html
EL ORIGEN DE MI TATUAJE
A Natalia, mi hermana menor, no le gusta mi tatuaje, ella insiste en que me lo quite, o me lo tape con otro, suele decirme cosas como
'Micaela, yo no se como no te molesta, como no te da vergüenza, te muestra como a una puta!, no te da pudor lo que pueda pensar mamá o papá?'
Pero mi historia es bastante reciente como para ocultarla, todavía la extraño, y por cierto, el tattoo es pequeño, cerca del tobillo, y casi nadie sabe lo que significa, es más, Nati entiende porque yo le conté lo que escribiré a continuación
Paul era mi pareja en esos días, en verdad Paul fue mi única pareja estable, y todo fu lindo mientras duró
El había nacido en Canadá, y sus padres, por temas laborales se habían radicado provisoriamente en Argentina, algo que a la postre, sería definitivo
Y él tenía ese perfil de hombre nórdico, de piel blanca, alto, de contextura llamativa, rubio y de ojos claros, hablaba a la perfección español, inglés y francés y casualmente nos habíamos conocido en días en que yo estudiaba idiomas porque quería radicarme en Estados Unidos, cosa que nunca sucedería
Solo se dio, después de un corto noviazgo decidimos probar suerte bajo el mismo techo, solo a ver si resultaba
Y fue muy bueno durante el primer año, y fue bueno durante el segundo, digamos que nos arreglamos durante el tercero, pero la situación estaba estancada en el cuarto
Siempre habíamos sido muy frontales, muy directos, muy confidentes y como toda persona con sentimientos, teníamos nuestras fantasías confesas, esas fantasías que alimentan la sexualidad, esas que no pasan de las barreras del cerebro, que nunca llegan a ejecutarse y bueno...
Paul sabía que un poco yo fantaseaba con una experiencia lésbica, o sea, no me gustaban las mujeres pero siempre me intrigaba ponerme en la piel de un hombre y sentir las cosas como un hombre la sentía
Paul, por el contrario, siempre me decía que me imaginaba con otros hombres, en situaciones donde él se situaba como uno mas del montón, donde yo tenía los ojos vendados y no sabía quien era quien, o tal vez solo como espectador, como una película pornográfica donde él era un espectador de lujo y yo la actriz principal
Pero era eso, solo fantasías...
Y de la fantasía a la realidad, solo cambiaríamos por casualidad, Paul y yo estábamos en planes de encender nuevamente las llamas de una amor que parecía latir cada día más despacio, y decidimos ir a un pub que se daba para una noche diferente. Ese lugar, en nuestros tiempos de noviazgo era un boliche bailable al que solíamos ir casi todas las noches de sábado, y en ese presente, se había reconvertido en un lugar para ir a escuchar música, un lugar de amigos, un lugar para tomar unos tragos, y aunque los tiempos habían cambiado, a nosotros, nos traía muchos recuerdos
Paul se había puesto un pantalón en color mostaza, con zapatos negros y remera negra, a mi me encantaba esa combinación, le quedaba muy bien y lo hacía muy galán, resaltando sus facciones nórdicas, por mi lado, había optado por un vestido celeste, un tanto escotado, un tanto corto, un tanto ceñido, que ya estaba un tanto viejo a mi gusto, pero sabía cuanto le agradaba a Paul, por lo que no me costó la decisión
Estábamos atractivos, cierto, y era una forma de re enamorarnos
Llegamos un tanto tarde, todas las mesas ya estaba ocupadas y nos quedó más remedio que ir a la barra, me acomodé sobre uno de los taburetes disponibles, la situación me supo un poco incómoda, estaban altos, y naturalmente mi vestido se subía dejando mis muslos a la vista por completo, había luces bajo esa barra y el sitio, se veía desde cada rincón del lugar, y a mi no me gustaba sentirme centro de atención, pero claro, Paul parecía estar en el lugar justo, se le notaba en su cara
Pedimos unos tragos, hablamos de nuestras cosas, nuestros recuerdos, los risueños, los tristes, y un poco entender como habíamos llegado hasta ese momento
Paul me pidió unos minutos que se me harían eternos, pasaría por el baño a vaciar su vejiga, y ahí me quedaría sola en una posición que se me haría incómoda en exceso
Y sucedería lo que era previsible que sucediera
Alguien se acercó a mi lado y le dijo al barman
Me sirves un wiski con hielo y otra vuelta para la señorita, lo mismo que esté tomando
Miré al muchacho, que se veía muy elegante en un traje sport azulino con remera negra, tenía un rostro muy bonito, muy atractivo, y se veía bronceado por el sol, un cuarentón que se preocupaba por su cuerpo, pero le dije
Lo siento, pero estoy esperando a mi chico
El miró a un lado y otro y acercándose más dijo
Tu chico? a de ser un fantasma, yo no veo a nadie
Es cierto, - respondí - fue hasta el baño
Entonces... es muy tonto - dijo con una sonrisa marcada en sus labios - si yo fuera ese chico no te dejaría sola un segundo!
Solo me sacó un sonrisa de respuesta, mientras se apegaba más aun donde yo estaba sentada
El caballero no dejaba de acecharme y yo solo esperaba que Paul viniera a rescatarme, cómo en las películas de héroes y villanos, pero el muy idiota, al ver lo que sucedía, pareció desentenderse de todo y como si yo no existiera se puso a un par de metros donde yo estaba y pidió otro trago, lo suficientemente cerca como para ser parte de lo que sucedía y lo suficientemente lejos como para no estorbar en la situación
Y si Paul quería correr el riesgo de jugar ese juego, bueno, tal vez el tuviera razón, me desentendí de él con la cautela del caso, y le permití a Marcelo, - ese era su nombre - que avanzara un poco, dejándole creer que tendría posibilidades
Solo charlamos por un par de horas, un par de horas muy calientes, puesto que Paul permanecía imperturbable a corta distancia, mientras Marcelo avanzaba más y más tanto dialécticamente, porque solo hablaba de todo lo que me haría en la cama, como físicamente, su mano acariciaba uno de mis muslos desnudos y sus dedos llegaban tan cerca del abismo que me daban escalofríos
De haberlo permitido, hubiéramos terminado en la cama, pero le metí tontas excusas para evadirlo
Me pidió mi número, y le hice trampas, le di el número de Paul, porque si mi esposo quería que esto continuara, pues el tendría al toro por las astas
Antes de irse, Marcelo me robó un profundo beso metiendo su lengua en mi garganta
Esa noche, terminaríamos en la cama, Paul y yo cogimos como animales, la situación con Marcelo nos había desbordado y había sabido espectacular
Di vuelta la página, historia cerrada de mi parte, pero Marcelo, tenía el número de Paul, y sin que yo supiera toda la historia, porque Paul cada tanto me tiraba letra, ellos parecieron hacerse amigos a mis espaldas y entendí que algo tramaban
Y yo solo seguí el juego, porque para mi siempre sería una fantasía y no mucho mas que eso, Marcelo era apenas un extraño, un desconocido, un hombre apuesto, pero yo amaba a Paul
Tres meses después, toda la historia era solo un recuerdo, y cada vez que lo hablábamos solo nos largábamos a reír a carcajadas, porque había sido muy loco, pero era cierto, que en esos recuerdos, Paul empezaba a delirar con hipótesis de como hubieran seguido las cosas, y siempre terminaba con la pija dura y me cogía como un animal salvaje

El veintiuno de setiembre no sería una día más, en el comienzo de una nueva primavera, un día muy apacible, con una temperatura justa, donde Paul me invitaría a cenar, como algo natural de pareja
Sin embargo, ese día en especial, mi marido se mostraría bastante nervioso, fuera de eje, algo raro en él que siempre tenía todo bajo control
Noté que en especial estaba en todos los detalles para con mi persona, que estuviera perfectamente depilada, la ropa interior que me pondría, la ropa que usaría, como me peinaría y que maquillaje usaría, algo que como todo hombre, era raro que se fijara, incluso el detalle de las alhajas, era como si todo tuviera que ser perfecto
Pero solo lo dejé correr, sin demasiada importancia
Subimos al coche para ir al restaurante, él no me dijo a cual iríamos, sería una sorpresa, un agasajo para una bella mujer, según sus propias palabras
Y la sorpresa si que seria sorpresa, no llegaríamos a ningún restaurante, sino a una casa de barrio, como cualquier otra
Estacionó el coche y paró el motor, yo me quedé mirándolo como sin entender, pero él me dijo que habíamos llegado y que todo estaría bien
Comprendería un poco más cuando después de tocar timbre, al abrir la puerta, Marcelo nos recibiría al otro lado, se dieron un apretón de manos y luego, tomando la mía la besó como un caballero para decirme
Bienvenida Micaela, es todo un honor, imagino que no te olvidaste de mi
Pasamos, y en los ojos de mi esposo leía sus intenciones, pero la sorpresa aun no terminaba
Desde el fondo de la casa, desde el patio trasero, venía un rico aroma a carnes asadas, y ahí fuimos derecho
Me presentaron entonces a Gustavo, al asador de turno, quien bebía vino desde una botella plástica cortada al medio, para apaciguar el calor de las brazas y el humo, estaba transpirado, de tez oscura, usaba una musculosa profunda que dejaba ver unos bíceps y hombros muy marcados, muy varoniles, no se que diablos hacía ahí, ni sabía todo lo que había ideado mi marido, solo me vi venir la jugada y era claro que no estaría de acuerdo
Se lo hice saber a Paul, lo incómoda que estaba, pero él me dijo que me relajara, solo cenaríamos para conocernos y ya, si al fin de cuentas, la culpable de que él y Marcelo se conocieran, era yo
Nos sentamos a cenar, en verdad estaba todo muy rico, resultó que Marcelo Y Gustavo eran socios, se dedicaban a todo lo referido a tatuajes, Gustavo era el artista, y Marcelo era un poco el negociante, el traía productos importados, todo lo referido al rubro, novedades, y todo un entorno que hacía que Gustavo no fuera solo un tipo pintando pieles las veinticuatro horas del día
La cena transcurrió en esos tonos, entre risas y palabras, y noté que Paul intentaba que mi copa estuviera siempre llena de vino hasta el tope, y sabía su intención, solo quería ponerme alegre, y confieso que sin querer un poco me dejé llevar por su fantasía
No recuerdo como fue, ni quien lo sugirió, se borró esa parte en mis recuerdos, pero si recuerdo que en un momento estábamos los cuatro en el dormitorio principal de la casa, donde una cama enorme nos esperaba
Yo dije que no quería, que era suficiente, pero Paul me rogó que le cumpliera su fantasía, que después iríamos por alguna chica para satisfacer la mía, pero que ahora por favor lo hiciera
Y yo sabia que solo lo haría por él, por el amor que le tenía y por toda la locura del momento, y para darme tranquilidad Paul tomando la palabra dijo
Mica, mi amor, esto será un juego de a cuatro donde cada uno recibirá solo placer, yo seré espectador y estaré cuidándote para que nada desagradable te pase
Y luego dirigiéndose a ellos, siguió
Y ustedes según lo hablado, la tratan con ternura, es una dama, no una puta, y un no es un no, entendido?
Usarán preservativos para la penetración y nada de anal, si?
Era una locura, todo era una locura, y el volviendo a mi dijo
La clave será 'Paul', si me nombras, sabré que las cosas no son de tu agrado y personalmente interrumpiré el acto
Todo iba muy rápido, demasiado, no alcanzaba a tomar dimensión, Marcelo me avanzó y puso un antifaz sobre mis ojos, de esos que se usan para dormir, y dijo
Esto es para no cohibirte, para que te sientas liberada...
Y no mucho más, sentí cuatro manos acariciando mi cuerpo, denudándome poco a poco, uno me besaba muy rico, muy profundo, y después era el turno el otro, no veía, no sabía, solo sentía
Era raro, unos extraños ya me lamían las tetas, muy caliente, me quitaron la bombacha, estaba toda mojada, podía notarlo, y unos dedos llegaron a acariciar mi clítoris, ayyy! estaba en una montaña rusa y no podía detenerme!
Llevaron mis manos a sobar una verga a cada lado, por cierto, noté que eran buenas vergas, apetecibles, y en mi mente trataba de dibujar el cuarto, saber donde estaba mi maldito esposo
Recuerdo que luego me recostaron con cuidado sobre la cama, ya estaba toda desnuda, uno levantó una de mis piernas y empezó a besarme los pies, lentamente, me causaba cosquillas, y el otro vino a besarme, con esos besos de pasión, de locura, era muy caliente
Los besos de mis pies subieron por mi pantorrilla lentamente, pasaron por mis rodillas, luego a mis muslos y finalmente se perdieron en mi sexo, todo ese lento camino fue una maldita tortura, y el otro no dejaba de enterrar su lengua en mi boca con unos besos mágicos, y sabiendo que Paul estaba mirando, pues en segundos me acabaría mágicamente, es que era todo demasiado loco
Llegaría más acción, uno me levantó las piernas y me la enterró hasta el fondo, se sentía muy rico, y el que me daba besos ahora me la dejaba servida en la boca para que se la chupara, no podía concentrarme en ambos frentes, era muy caliente, gemía, llevé una mano entre mis piernas para acariciar mi clítoris que estaba embardunado con mis propios jugos, también la acaricié los huevos y puse los dedos en la entrada de mi sexo, para sentir en mis dedos como entraba y salía, a fondo, a tope
Confieso que fue un poco decepcionante comprobar que efectivamente estaba usando protección, no me gustaban los preservativos y tenía la fantasía de que esos extraños me llenaran de leche
Me concentré entonces en lo que tenía en la boca, un manjar para lamer, duro como una piedra, exquisito
Noté que cambiaron de lugar, hicieron que me pusiera de lado, ahora vendría por detrás, pegado a mis nalgas, y me llenó la conchita con su rica barra de carne, mientras el otro, se había quitado el preservativo y me la daba para que jugara con mi lengua en ella
A todo esto, perdida entre gemidos y orgasmos, recordaba a mi marido, si realmente estaba sucediendo lo que él esperaba que sucediera
Pero aun, faltaba una parte de la historia...
En esos revolcones a ciegas, solo se dio que estuviera montando a uno de los dos muy rico, a caballito, jugando con las penetraciones a mi placer, el otro, entonces, fue por detrás y empezó a jugar con mis dedos en mi culito, situación que no me agradó pero lo dejé pasar, entendiendo que era parte del juego, pero luego, directamente intentó penetrarme por detrás, y mi palabra secreta de socorro llegaría de inmediato
Paul! Paul! Paaauuulllll!!!!!
Pero Paul no aparecía y sentía un dolor pronunciado mientras ese pene me iba penetrando lentamente por detrás, y solo no podía con todo
Me quité el antifaz que cubría mi vista, estaba montada sobre Gustavo que me estaba cogiendo por debajo, mientras era Marcelo que me la estaba metiendo por el culo, y por más que protestaba ya estaba... ya estaba venciendo mi resistencia, mientras que Paul, a un lado, solo se masturbaba con una sonrisa que le iba de oreja a oreja
Comprendí que todo estaba planificado, y se ser virgen anal, pasaría a debutar nada menos que con una doble penetración, y solo ya, me entregué...
Ese día, terminaría llena de semen, ambos me acabaron en el rostro, en la boca, mientras yo miraba fijamente a Paul, era parte de su obsesión
Después de ese día, surgiría la idea del tatuaje, un obsequio de Marcelo y de Gustavo por la cogida que me habían dado, yo no tenía idea el significado, pero fueron ellos, junto a Paul quienes me pusieron en tema, una tatuaje más para la mayoría de los mortales, pero un llamador para aquellos que estaban el tema cuckold, como me enteré que lo llamaban
Y realmente funcionó, nos metimos en grupos de personas que jugaban el mismo juego, y Paul me hizo coger como a una perra, por uno y por otro
Y la pregunta es, por qué terminamos?
Bueno, creo que el principio del fin fue esa reunión con Marcelo y con Gustavo, porque recuerdo que esa noche, luego, a solas con él, me molesté mucho, le recriminé la situación de que no cumpliera a mi pedido de ayuda y dejara que me rompieran el culo, pero sabía que el enojo venía conmigo, porque no había podido, o no había querido evitar esa doble penetración, y peor a sentirme violada sería sentirme sucia, y era más fácil culpar a Paul a asumir mis propias decisiones
Además me enteraría de un engaño de Paul, resultó que eran viejos conocidos, tanto con Marcelo como con Gustavo, y todo había estado planeado desde el principio, desde esa salida al pub, desde el momento en que el fue al baño, desde el momento en que se me acercó Marcelo, y todo lo ya narrado
Y era cierta la postura de Paul, si yo lo hubiera sabido, seguramente habría reculado, pero también era cierto que estaba dolida en mi amor propio por todo el engaño, y si bien traté de superarlo, el daño ya estaba hecho en nuestra relación
Y las cosas del tatuaje fueron lindas y funcionaron por un tiempo, pero en un punto yo quería cambiar la historia, basta de extraños en mi cama, quería bajarme de esa montaña rusa, quría una vida normal y por sobre todo, quería ser madre
Pero Paul solo quería acelerar a fondo, solo se excitaba si veía a otro que me cogiera antes, y ante mi idea de ser madre, él empezó a sugerir que lo empezara a hacer sin protección, y que el hijo fuera de cualquiera, menos suyo
Y quería que Paul me embarazara...
Separamos nuestros caminos, y mi hermana es mi confidente, quien sabe toda esta historia, y la que insiste con que me quite ese tatuaje de puta, pero no se, todavía amo ese recuerdo, lo tengo fresco en mi piel y me recuerda una parte de mi vida que no quiero olvidar, tal vez, algún día, no se...
Si te gustó esta historia puedes escribirme con el título EL ORIGEN DE MI TATUAJE a dulces.placeres@live.com
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EL ORIGEN DE MI TATUAJE
A Natalia, mi hermana menor, no le gusta mi tatuaje, ella insiste en que me lo quite, o me lo tape con otro, suele decirme cosas como
'Micaela, yo no se como no te molesta, como no te da vergüenza, te muestra como a una puta!, no te da pudor lo que pueda pensar mamá o papá?'
Pero mi historia es bastante reciente como para ocultarla, todavía la extraño, y por cierto, el tattoo es pequeño, cerca del tobillo, y casi nadie sabe lo que significa, es más, Nati entiende porque yo le conté lo que escribiré a continuación
Paul era mi pareja en esos días, en verdad Paul fue mi única pareja estable, y todo fu lindo mientras duró
El había nacido en Canadá, y sus padres, por temas laborales se habían radicado provisoriamente en Argentina, algo que a la postre, sería definitivo
Y él tenía ese perfil de hombre nórdico, de piel blanca, alto, de contextura llamativa, rubio y de ojos claros, hablaba a la perfección español, inglés y francés y casualmente nos habíamos conocido en días en que yo estudiaba idiomas porque quería radicarme en Estados Unidos, cosa que nunca sucedería
Solo se dio, después de un corto noviazgo decidimos probar suerte bajo el mismo techo, solo a ver si resultaba
Y fue muy bueno durante el primer año, y fue bueno durante el segundo, digamos que nos arreglamos durante el tercero, pero la situación estaba estancada en el cuarto
Siempre habíamos sido muy frontales, muy directos, muy confidentes y como toda persona con sentimientos, teníamos nuestras fantasías confesas, esas fantasías que alimentan la sexualidad, esas que no pasan de las barreras del cerebro, que nunca llegan a ejecutarse y bueno...
Paul sabía que un poco yo fantaseaba con una experiencia lésbica, o sea, no me gustaban las mujeres pero siempre me intrigaba ponerme en la piel de un hombre y sentir las cosas como un hombre la sentía
Paul, por el contrario, siempre me decía que me imaginaba con otros hombres, en situaciones donde él se situaba como uno mas del montón, donde yo tenía los ojos vendados y no sabía quien era quien, o tal vez solo como espectador, como una película pornográfica donde él era un espectador de lujo y yo la actriz principal
Pero era eso, solo fantasías...
Y de la fantasía a la realidad, solo cambiaríamos por casualidad, Paul y yo estábamos en planes de encender nuevamente las llamas de una amor que parecía latir cada día más despacio, y decidimos ir a un pub que se daba para una noche diferente. Ese lugar, en nuestros tiempos de noviazgo era un boliche bailable al que solíamos ir casi todas las noches de sábado, y en ese presente, se había reconvertido en un lugar para ir a escuchar música, un lugar de amigos, un lugar para tomar unos tragos, y aunque los tiempos habían cambiado, a nosotros, nos traía muchos recuerdos
Paul se había puesto un pantalón en color mostaza, con zapatos negros y remera negra, a mi me encantaba esa combinación, le quedaba muy bien y lo hacía muy galán, resaltando sus facciones nórdicas, por mi lado, había optado por un vestido celeste, un tanto escotado, un tanto corto, un tanto ceñido, que ya estaba un tanto viejo a mi gusto, pero sabía cuanto le agradaba a Paul, por lo que no me costó la decisión
Estábamos atractivos, cierto, y era una forma de re enamorarnos
Llegamos un tanto tarde, todas las mesas ya estaba ocupadas y nos quedó más remedio que ir a la barra, me acomodé sobre uno de los taburetes disponibles, la situación me supo un poco incómoda, estaban altos, y naturalmente mi vestido se subía dejando mis muslos a la vista por completo, había luces bajo esa barra y el sitio, se veía desde cada rincón del lugar, y a mi no me gustaba sentirme centro de atención, pero claro, Paul parecía estar en el lugar justo, se le notaba en su cara
Pedimos unos tragos, hablamos de nuestras cosas, nuestros recuerdos, los risueños, los tristes, y un poco entender como habíamos llegado hasta ese momento
Paul me pidió unos minutos que se me harían eternos, pasaría por el baño a vaciar su vejiga, y ahí me quedaría sola en una posición que se me haría incómoda en exceso
Y sucedería lo que era previsible que sucediera
Alguien se acercó a mi lado y le dijo al barman
Me sirves un wiski con hielo y otra vuelta para la señorita, lo mismo que esté tomando
Miré al muchacho, que se veía muy elegante en un traje sport azulino con remera negra, tenía un rostro muy bonito, muy atractivo, y se veía bronceado por el sol, un cuarentón que se preocupaba por su cuerpo, pero le dije
Lo siento, pero estoy esperando a mi chico
El miró a un lado y otro y acercándose más dijo
Tu chico? a de ser un fantasma, yo no veo a nadie
Es cierto, - respondí - fue hasta el baño
Entonces... es muy tonto - dijo con una sonrisa marcada en sus labios - si yo fuera ese chico no te dejaría sola un segundo!
Solo me sacó un sonrisa de respuesta, mientras se apegaba más aun donde yo estaba sentada
El caballero no dejaba de acecharme y yo solo esperaba que Paul viniera a rescatarme, cómo en las películas de héroes y villanos, pero el muy idiota, al ver lo que sucedía, pareció desentenderse de todo y como si yo no existiera se puso a un par de metros donde yo estaba y pidió otro trago, lo suficientemente cerca como para ser parte de lo que sucedía y lo suficientemente lejos como para no estorbar en la situación
Y si Paul quería correr el riesgo de jugar ese juego, bueno, tal vez el tuviera razón, me desentendí de él con la cautela del caso, y le permití a Marcelo, - ese era su nombre - que avanzara un poco, dejándole creer que tendría posibilidades
Solo charlamos por un par de horas, un par de horas muy calientes, puesto que Paul permanecía imperturbable a corta distancia, mientras Marcelo avanzaba más y más tanto dialécticamente, porque solo hablaba de todo lo que me haría en la cama, como físicamente, su mano acariciaba uno de mis muslos desnudos y sus dedos llegaban tan cerca del abismo que me daban escalofríos
De haberlo permitido, hubiéramos terminado en la cama, pero le metí tontas excusas para evadirlo
Me pidió mi número, y le hice trampas, le di el número de Paul, porque si mi esposo quería que esto continuara, pues el tendría al toro por las astas
Antes de irse, Marcelo me robó un profundo beso metiendo su lengua en mi garganta
Esa noche, terminaríamos en la cama, Paul y yo cogimos como animales, la situación con Marcelo nos había desbordado y había sabido espectacular
Di vuelta la página, historia cerrada de mi parte, pero Marcelo, tenía el número de Paul, y sin que yo supiera toda la historia, porque Paul cada tanto me tiraba letra, ellos parecieron hacerse amigos a mis espaldas y entendí que algo tramaban
Y yo solo seguí el juego, porque para mi siempre sería una fantasía y no mucho mas que eso, Marcelo era apenas un extraño, un desconocido, un hombre apuesto, pero yo amaba a Paul
Tres meses después, toda la historia era solo un recuerdo, y cada vez que lo hablábamos solo nos largábamos a reír a carcajadas, porque había sido muy loco, pero era cierto, que en esos recuerdos, Paul empezaba a delirar con hipótesis de como hubieran seguido las cosas, y siempre terminaba con la pija dura y me cogía como un animal salvaje

El veintiuno de setiembre no sería una día más, en el comienzo de una nueva primavera, un día muy apacible, con una temperatura justa, donde Paul me invitaría a cenar, como algo natural de pareja
Sin embargo, ese día en especial, mi marido se mostraría bastante nervioso, fuera de eje, algo raro en él que siempre tenía todo bajo control
Noté que en especial estaba en todos los detalles para con mi persona, que estuviera perfectamente depilada, la ropa interior que me pondría, la ropa que usaría, como me peinaría y que maquillaje usaría, algo que como todo hombre, era raro que se fijara, incluso el detalle de las alhajas, era como si todo tuviera que ser perfecto
Pero solo lo dejé correr, sin demasiada importancia
Subimos al coche para ir al restaurante, él no me dijo a cual iríamos, sería una sorpresa, un agasajo para una bella mujer, según sus propias palabras
Y la sorpresa si que seria sorpresa, no llegaríamos a ningún restaurante, sino a una casa de barrio, como cualquier otra
Estacionó el coche y paró el motor, yo me quedé mirándolo como sin entender, pero él me dijo que habíamos llegado y que todo estaría bien
Comprendería un poco más cuando después de tocar timbre, al abrir la puerta, Marcelo nos recibiría al otro lado, se dieron un apretón de manos y luego, tomando la mía la besó como un caballero para decirme
Bienvenida Micaela, es todo un honor, imagino que no te olvidaste de mi
Pasamos, y en los ojos de mi esposo leía sus intenciones, pero la sorpresa aun no terminaba
Desde el fondo de la casa, desde el patio trasero, venía un rico aroma a carnes asadas, y ahí fuimos derecho
Me presentaron entonces a Gustavo, al asador de turno, quien bebía vino desde una botella plástica cortada al medio, para apaciguar el calor de las brazas y el humo, estaba transpirado, de tez oscura, usaba una musculosa profunda que dejaba ver unos bíceps y hombros muy marcados, muy varoniles, no se que diablos hacía ahí, ni sabía todo lo que había ideado mi marido, solo me vi venir la jugada y era claro que no estaría de acuerdo
Se lo hice saber a Paul, lo incómoda que estaba, pero él me dijo que me relajara, solo cenaríamos para conocernos y ya, si al fin de cuentas, la culpable de que él y Marcelo se conocieran, era yo
Nos sentamos a cenar, en verdad estaba todo muy rico, resultó que Marcelo Y Gustavo eran socios, se dedicaban a todo lo referido a tatuajes, Gustavo era el artista, y Marcelo era un poco el negociante, el traía productos importados, todo lo referido al rubro, novedades, y todo un entorno que hacía que Gustavo no fuera solo un tipo pintando pieles las veinticuatro horas del día
La cena transcurrió en esos tonos, entre risas y palabras, y noté que Paul intentaba que mi copa estuviera siempre llena de vino hasta el tope, y sabía su intención, solo quería ponerme alegre, y confieso que sin querer un poco me dejé llevar por su fantasía
No recuerdo como fue, ni quien lo sugirió, se borró esa parte en mis recuerdos, pero si recuerdo que en un momento estábamos los cuatro en el dormitorio principal de la casa, donde una cama enorme nos esperaba
Yo dije que no quería, que era suficiente, pero Paul me rogó que le cumpliera su fantasía, que después iríamos por alguna chica para satisfacer la mía, pero que ahora por favor lo hiciera
Y yo sabia que solo lo haría por él, por el amor que le tenía y por toda la locura del momento, y para darme tranquilidad Paul tomando la palabra dijo
Mica, mi amor, esto será un juego de a cuatro donde cada uno recibirá solo placer, yo seré espectador y estaré cuidándote para que nada desagradable te pase
Y luego dirigiéndose a ellos, siguió
Y ustedes según lo hablado, la tratan con ternura, es una dama, no una puta, y un no es un no, entendido?
Usarán preservativos para la penetración y nada de anal, si?
Era una locura, todo era una locura, y el volviendo a mi dijo
La clave será 'Paul', si me nombras, sabré que las cosas no son de tu agrado y personalmente interrumpiré el acto
Todo iba muy rápido, demasiado, no alcanzaba a tomar dimensión, Marcelo me avanzó y puso un antifaz sobre mis ojos, de esos que se usan para dormir, y dijo
Esto es para no cohibirte, para que te sientas liberada...
Y no mucho más, sentí cuatro manos acariciando mi cuerpo, denudándome poco a poco, uno me besaba muy rico, muy profundo, y después era el turno el otro, no veía, no sabía, solo sentía
Era raro, unos extraños ya me lamían las tetas, muy caliente, me quitaron la bombacha, estaba toda mojada, podía notarlo, y unos dedos llegaron a acariciar mi clítoris, ayyy! estaba en una montaña rusa y no podía detenerme!
Llevaron mis manos a sobar una verga a cada lado, por cierto, noté que eran buenas vergas, apetecibles, y en mi mente trataba de dibujar el cuarto, saber donde estaba mi maldito esposo
Recuerdo que luego me recostaron con cuidado sobre la cama, ya estaba toda desnuda, uno levantó una de mis piernas y empezó a besarme los pies, lentamente, me causaba cosquillas, y el otro vino a besarme, con esos besos de pasión, de locura, era muy caliente
Los besos de mis pies subieron por mi pantorrilla lentamente, pasaron por mis rodillas, luego a mis muslos y finalmente se perdieron en mi sexo, todo ese lento camino fue una maldita tortura, y el otro no dejaba de enterrar su lengua en mi boca con unos besos mágicos, y sabiendo que Paul estaba mirando, pues en segundos me acabaría mágicamente, es que era todo demasiado loco
Llegaría más acción, uno me levantó las piernas y me la enterró hasta el fondo, se sentía muy rico, y el que me daba besos ahora me la dejaba servida en la boca para que se la chupara, no podía concentrarme en ambos frentes, era muy caliente, gemía, llevé una mano entre mis piernas para acariciar mi clítoris que estaba embardunado con mis propios jugos, también la acaricié los huevos y puse los dedos en la entrada de mi sexo, para sentir en mis dedos como entraba y salía, a fondo, a tope
Confieso que fue un poco decepcionante comprobar que efectivamente estaba usando protección, no me gustaban los preservativos y tenía la fantasía de que esos extraños me llenaran de leche
Me concentré entonces en lo que tenía en la boca, un manjar para lamer, duro como una piedra, exquisito
Noté que cambiaron de lugar, hicieron que me pusiera de lado, ahora vendría por detrás, pegado a mis nalgas, y me llenó la conchita con su rica barra de carne, mientras el otro, se había quitado el preservativo y me la daba para que jugara con mi lengua en ella
A todo esto, perdida entre gemidos y orgasmos, recordaba a mi marido, si realmente estaba sucediendo lo que él esperaba que sucediera
Pero aun, faltaba una parte de la historia...
En esos revolcones a ciegas, solo se dio que estuviera montando a uno de los dos muy rico, a caballito, jugando con las penetraciones a mi placer, el otro, entonces, fue por detrás y empezó a jugar con mis dedos en mi culito, situación que no me agradó pero lo dejé pasar, entendiendo que era parte del juego, pero luego, directamente intentó penetrarme por detrás, y mi palabra secreta de socorro llegaría de inmediato
Paul! Paul! Paaauuulllll!!!!!
Pero Paul no aparecía y sentía un dolor pronunciado mientras ese pene me iba penetrando lentamente por detrás, y solo no podía con todo
Me quité el antifaz que cubría mi vista, estaba montada sobre Gustavo que me estaba cogiendo por debajo, mientras era Marcelo que me la estaba metiendo por el culo, y por más que protestaba ya estaba... ya estaba venciendo mi resistencia, mientras que Paul, a un lado, solo se masturbaba con una sonrisa que le iba de oreja a oreja
Comprendí que todo estaba planificado, y se ser virgen anal, pasaría a debutar nada menos que con una doble penetración, y solo ya, me entregué...
Ese día, terminaría llena de semen, ambos me acabaron en el rostro, en la boca, mientras yo miraba fijamente a Paul, era parte de su obsesión
Después de ese día, surgiría la idea del tatuaje, un obsequio de Marcelo y de Gustavo por la cogida que me habían dado, yo no tenía idea el significado, pero fueron ellos, junto a Paul quienes me pusieron en tema, una tatuaje más para la mayoría de los mortales, pero un llamador para aquellos que estaban el tema cuckold, como me enteré que lo llamaban
Y realmente funcionó, nos metimos en grupos de personas que jugaban el mismo juego, y Paul me hizo coger como a una perra, por uno y por otro
Y la pregunta es, por qué terminamos?
Bueno, creo que el principio del fin fue esa reunión con Marcelo y con Gustavo, porque recuerdo que esa noche, luego, a solas con él, me molesté mucho, le recriminé la situación de que no cumpliera a mi pedido de ayuda y dejara que me rompieran el culo, pero sabía que el enojo venía conmigo, porque no había podido, o no había querido evitar esa doble penetración, y peor a sentirme violada sería sentirme sucia, y era más fácil culpar a Paul a asumir mis propias decisiones
Además me enteraría de un engaño de Paul, resultó que eran viejos conocidos, tanto con Marcelo como con Gustavo, y todo había estado planeado desde el principio, desde esa salida al pub, desde el momento en que el fue al baño, desde el momento en que se me acercó Marcelo, y todo lo ya narrado
Y era cierta la postura de Paul, si yo lo hubiera sabido, seguramente habría reculado, pero también era cierto que estaba dolida en mi amor propio por todo el engaño, y si bien traté de superarlo, el daño ya estaba hecho en nuestra relación
Y las cosas del tatuaje fueron lindas y funcionaron por un tiempo, pero en un punto yo quería cambiar la historia, basta de extraños en mi cama, quería bajarme de esa montaña rusa, quría una vida normal y por sobre todo, quería ser madre
Pero Paul solo quería acelerar a fondo, solo se excitaba si veía a otro que me cogiera antes, y ante mi idea de ser madre, él empezó a sugerir que lo empezara a hacer sin protección, y que el hijo fuera de cualquiera, menos suyo
Y quería que Paul me embarazara...
Separamos nuestros caminos, y mi hermana es mi confidente, quien sabe toda esta historia, y la que insiste con que me quite ese tatuaje de puta, pero no se, todavía amo ese recuerdo, lo tengo fresco en mi piel y me recuerda una parte de mi vida que no quiero olvidar, tal vez, algún día, no se...
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